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El aguacate de Julio Molina pesa cinco libras. Foto: Yensy Rivera Acaba de nacer un aguacate gigante. El asombroso ejemplar pesa nada menos que cinco libras, mide unos 28 centímetros de largo y tiene más de 30 centímetros de circunferencia. ¡Cómo para preparar no pocas ensaladas en casa!
El hallazgo lo hizo el campesino Julio Molina en su parcela familiar de la finca Santa Teodora, del municipio Corralillo, en la provincia de Villa Clara.
Julio y Marleny, su esposa, consideran que el fruto alcanzó tales proporciones por el abono orgánico que recibe de los desechos de heces de los criaderos de sus animales.
Cuenta su productor que este descomunal aguacate es fruto de la primera parición de la planta madre, que es de variedad de injerto. En la finca de Julio y Marleny hay otras 40 matas de su tipo que anualmente dan cerca de 70 aguacates cada una como promedio, de aproximadamente tres libras.
Este fruto, rey de las ensaladas durante los meses de julio y agosto, los cubanos lo demandan no solo por sus propiedades nutritivas y por lo exquisito que resulta al paladar. Muchas de las personas de mayor edad lo alaban también por las propiedades curativas.
Cuentan que la corteza, las hojas, ramas y semillas pueden emplearse para muchos malestares. Y probado está que gran parte de las mismas vitaminas que conforman la capacidad nutritiva del aguacate, resultan también un maravilloso tratamiento de belleza para la piel y el cabello.
Los aguacates contienen una enorme variedad de nutrientes, como las vitaminas C, B6 y E, que reducen las arrugas, humectan, limpian, exfolian y enriquecen la piel, según han demostrado varios estudios.
Expertos sostienen que al contener calcio, hierro, magnesio, zinc y otros minerales, se convierte en un multivitamínico natural y muy sabroso. Más aún, afirman que la pulpa del aguacate posee la extraordinaria propiedad de ayudar a eliminar el colesterol, es decir las lipoproteínas de baja densidad, por lo que ayuda a reducir el riesgo de desarrollar arteriosclerosis.
