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SANTIAGO DE CUBA.— El rostro descubierto de la clandestinidad, texto de la periodista Martha Cabrales Arias, que recoge las memorias de la combatiente de la lucha clandestina Gloria Cuadras de la Cruz, será presentado aquí en el contexto de la conmemoración del aniversario 50 del levantamiento armado de la ciudad de Santiago de Cuba, en apoyo al desembarco del yate Granma, el 30 de noviembre de 1956.
Su autora, quien se desempeña como corresponsal de la agencia Prensa Latina en esta provincia, precisó a este diario que la obra muestra la mirada que Gloria Cuadras dio al tiempo que le tocó vivir, después de un proceso de reelaboración de las vivencias escritas por esa legendaria luchadora, nacida en Santiago de Cuba.
El libro, una de las últimas producciones de la Editorial Oriente, ilustra en alrededor de 200 páginas la trayectoria y participación de Gloria Cuadras en importantes acciones, propias de sus muchas y altas responsabilidades, entre ellas la de jefa de Propaganda del Movimiento 26 de Julio en el antiguo Oriente de Cuba y coordinadora, junto a Frank País, como parte de su Estado Mayor, de los hechos del 30 de Noviembre.
Completan el novedoso volumen fotos y fotocopias de documentos, como el saludo personal que le enviara Raúl Castro desde Alto Songo, en diciembre de 1958, o la partitura del himno del Partido Ortodoxo, de su autoría.
Esta es la primera obra de esa profundidad que se le dedica a Gloria Cuadras, y abre un espacio para investigaciones históricas, que definitivamente permitan un mayor conocimiento de su quehacer y la realización de su biografía.
En la materialización de tan encomiable empeño fue decisiva la colaboración del combatiente Amaro Iglesias, viudo de Gloria y uno de sus más estrechos colaboradores.
A pesar de pertenecer a una familia adinerada, Gloria Cuadras hizo suya desde muy joven la causa revolucionaria; mantuvo estrecha relación con figuras de la talla de Eduardo Chibás, Antonio Guiteras y Frank País; fue artífice de la fundación del periódico Sierra Maestra en la clandestinidad, mantuvo un espacio en la radio local llamado Cuba Libre, donde fustigaba duramente a la tiranía batistiana, y tras el triunfo de la Revolución se incorporó a importantes tareas, hasta su muerte el 25 de agosto de 1987.
