La tecla del duende
Esta semana les comparto una publicación de mi amigo Rubén Tejerina Delgado, de Sagua la Grande:
He leído muchos libros, pero me he olvidado de la mayoría. Entonces, ¿cuál es el propósito de la lectura?
Esta fue la pregunta que un alumno le hizo una vez a su Maestro. El Maestro no respondió al momento. Unos días después, mientras él y su joven alumno estaban sentados cerca de un río, dijo que tenía sed y le pidió que le trajera un poco de agua, con un colador viejo y sucio que había en el suelo. El alumno se sobresaltó, porque sabía que era un pedido sin lógica. Sin embargo, no pudo contradecir a su Maestro y comenzó a realizar esta absurda tarea. Cuando sumergía el colador en el río para llevar un poco de agua a su Maestro, ni siquiera podía dar un paso hacia él, ya que no quedaba ni una gota en el colador.
Lo intentó y lo intentó decenas de veces pero el agua siguió pasando por todos los agujeros del tamiz y se perdió en el camino. Agotado, se sentó junto al Maestro y dijo: «No puedo conseguir agua con ese colador. Perdóname Maestro, es imposible y he fallado en mi tarea».
«No —respondió el anciano sonriendo— no has fallado. Mira el colador, ahora brilla, está limpio, como nuevo. El agua, que se filtra por sus agujeros, la ha limpiado. Cuando lees libros eres un colador y ellos son agua de río. No importa si no guardas en tu memoria toda el agua que fluye; los libros limpian mente y espíritu, te convertirán en una mejor persona: ese es el propósito de la lectura».
Me cuenta Cary que la tertulia de Holguín abordó diferentes temas, entre ellos la victoria de Girón, el natalicio de Vilma Espín y el Día de los Abuelos. El equipo coordinado por Clara agasajó a los tecleros de cumpleaños en este mes de las flores.
En Las Tunas, cuenta Nieves que la lluvia quiso opacar la tarde, pero los asistentes comenzaron disfrutando de una exposición e interpretando el mensaje de una obra. Mercedes, mar de por medio, continúa demostrando en sus textos que es más importante ser que tener. Los abuelos recibieron el homenaje de todos con la palabra de Aymée.
No importa lo ocupado que puedas pensar que estás, debes encontrar tiempo para leer o entregarte a la ignorancia autoelegida. Confucio.
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