La tecla del duende
Verse en los zapatos del otro... Qué difícil, en nuestras cotidianas urgencias. Miren la acertada fábula que nos envía una teclera capitalina...
Había una vez un joven que se encontraba muy decepcionado. Su amargura casi absoluta era por la forma tan inhumana en que se comportaban todas las personas; al parecer, ya a nadie le importaba nadie. Un día, dando un paseo por el monte, vio sorprendido que una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre mal herido, el cual no podía valerse por sí mismo.
Le impresionó tanto ese hecho que regresó al siguiente día. Con enorme sorpresa pudo comprobar que la escena se repetía: la liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre. Pasaron los días y el gesto se repitió de un modo idéntico, hasta que el tigre recuperó las fuerzas y pudo buscar la comida por su propia cuenta.
Admirado por la solidaridad y cooperación se dijo: «No todo está perdido. Si los animales, que son inferiores a nosotros, son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo haremos las personas». Y decidió probar la experiencia: se tiró al suelo, simulando que estaba herido, y se puso a esperar que pasara alguien y le ayudara.
Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercó en su ayuda. Estuvo así durante todo el otro día, y ya se iba a levantar mucho más decepcionado que cuando comenzamos esta historia, con la convicción de que la humanidad no tenía el menor remedio. Sentía todo el desespero del hambriento, la soledad del enfermo, la tristeza del abandonado... Entonces allí, en ese instante, lo oyó...
Con qué claridad una hermosa voz, muy dentro de él, le dijo: «Si quieres encontrar a tus semejantes, si quieres sentir que todo ha valido la pena, si quieres seguir creyendo en la humanidad... deja ya de hacer de tigre y simplemente sé la liebre».
Aimée: Sé que la belleza no es cuentos de hadas porque te veo. Por favor, compártela. JColinA
Mirielita: Al teclado de mi PC le faltan las letras A,M,O,R; por favor, préstame las tuyas. Te las devuelvo dobles. Tu Mc
Néstor: Que cumplas hoy un año más solo me reafirma algo: La eternidad sin ti, no existe. ¿Unimos los cepillos de dientes, para siempre? Sandra
Susana: Mi nena linda, eres el camino que elegí seguir, te amaré in seculum seculurum. Ernesto
Papi: Ni el más avanzado Karperski evitará que mi virus de amor se instale en el disco duro de tu corazón. TAM. Tu Puke
Luna: Somos una sola alma que vive en dos cuerpos. Kareno
OCorona: Eres mi Corona. ZSD
El hombre que se gradúa hoy y deja de aprender mañana será un iletrado al día siguiente. Newton D. Baker