Acuse de recibo
Yulianela Lemes Perera (calle 6ta., edificio 144, apto. 2, entre H y J, reparto José Martí, Santa Clara), refiere que cuando los miembros de su familia decidieron, hace más de diez años, suscribir el seguro temporario de vida en la modalidad de Póliza Colectiva Optativa Familiar, ella no convivía en el mismo domicilio ni poseía la misma dirección en el Carnet de Identidad del resto de los miembros de la familia.
Y por verificaciones se comprobó que a pesar de no convivir en la misma dirección, no se violaba el Manual Operativo de Seguro Temporario de Vida, en lo concerniente a Grupos Familiares, que establece dicho requisito para garantizar «el principio de que el Grupo Asegurado existía antes de haber concertado el Seguro».
En largos períodos, dice, se vio obligada por las circunstancias a volver a su hogar paterno, incorporar a sus dos hijos a las escuelas de Manicaragua, viajar ella a diario a laborar a Santa Clara, sin hacer cambio de dirección de domicilio. Y nunca se manejó por la Empresa del Seguro Nacional que ella saliera de dicho grupo por ese motivo.
«Por ello, dice, no entiendo la razón de que hoy pretendan obligarme a romper con el Colectivo Optativo Familiar al que pertenezco en contra de mi voluntad, tantos años después, y luego de haber sido aprobada mi permanencia en dicho Grupo por los directivos de la misma Empresa que hoy actúa socavando mis derechos. Esa política es divisiva, y también viola lo establecido por el Manual Operativo de Seguro Temporario de Vida, que en su página 41, reconoce que: «para el Seguro de Vida el asegurado y su familia son lo más importante. En ningún caso se puede ver perjudicada la calidad del servicio al cliente».
Explica que vive con dos niños menores de edad, ninguno con la edad mínima permitida para que pueda suscribirse a otro Grupo Familiar. Así, solo le quedaría la opción de contratar un
seguro individual, y perdería los beneficios que ofrece el Colectivo Optativo Familiar.
«De verme obligada, añade, en contra de mi voluntad, a abandonar el Grupo Familiar, dejaría también en estado de indefensión a los dos restantes miembros del Colectivo Optativo Familiar al que pertenezco, es decir, a mi padre Nelson Lemes Batista, y a mi tío, Ariel Lemes Batista, personas ya mayores de edad y que en caso de fallecer uno de los dos dejaría al sobreviviente igualmente desprotegido con los beneficios que otorga la Contratación de pólizas Colectivas Optativas y Optativas Familiares».
Ha planteado esta preocupación verbalmente a directivos de la UEB Manicaragua, dice, y aún no hay respuesta satisfactoria, pues allí insisten en que se salga del Grupo.
Le preocupa el hecho de que desde el 21 de enero de 2025 se debía proceder a la renovación de la póliza, y por el motivo que denuncia no ha podido renovar, dejando a todos los miembros del Grupo Familiar desprotegidos.
«Faltan apenas unos días para el cumplimiento del mes de gracia, expresa, y aún mi situación y la del Colectivo Familiar se encuentra en el limbo por la falta de atención y de una valoración justa de la Empresa a mi caso. En ocasiones yo o algún otro miembro del Colectivo Optativo Familiar ha llamado a la UEB Manicaragua para indagar por cuestiones puntuales para poder redactar esta carta, como, por ejemplo, ¿cuál es la fecha en la que suscribimos la póliza? Y nos dicen que llame en otro momento, pues en esos instantes están trabajando con la computadora y no pueden dejar lo que están haciendo para proporcionarnos esos datos. Y poco tiempo después, cuando volvemos a llamar nos plantea que no hay corriente, cuando en todo el municipio sí hay corriente, como ocurrió el 19 de febrero de 2025», concluye.
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