Acuse de recibo
Agustín Cuello Serrano, quien reside en la calle Rabí, No.107 y medio, apto 2, entre Santa Rosa y Princesa, en la ciudad de Santiago de Cuba, escribe no porque presente dificultades con el servicio de gas licuado, sino por lo que está sufriendo su familia, que reside en el poblado de Alto Songo, del municipio santiaguero de Songo-La Maya.
El problema es que a esa localidad la surtían con queroseno para cocinar, producto que dejó de ofertarse, pues se comenzó a comercializar el gas licuado, solo en La Maya, y en Alto Songo, a quienes tenían contratos antiguos de ese combustible.
Y al local inaugurado para almacenar el producto allí, según Agustín pudo averiguar en Atención a la Población del Gobierno Provincial, le falta una certificación de explotación por parte de la oficina que se encarga de ello, ya que sin ese documento no se puede poner a funcionar.
El propio Agustín, en visita a Alto Songo, contactó con uno de los delegados del Poder Popular, quien le explicó las infructuosas gestiones que habían realizado, sin ninguna solución. Y señala el propio Agustín:
«No se trata de quitar el servicio a un poblado para dárselo a otro, sino de compartir el producto entre los dos poblados. Le hice varias fotografías a dicho local de abastecimiento de las balitas de gas, que muestran que lo están «canibaleando», concluye.
El pasado 29 de agosto, y desde la ciudad de Camagüey, Carlos Jorge Ventura Peraza refería aquí que en enero de 2024, debido a un alto voltaje, su refrigerador se averió. Los técnicos de la Empresa Eléctrica de Camagüey lo visitaron y diagnosticaron que, efectivamente, fue por el alto voltaje. Y le informaron que se le indemnizaría en MLC, a cargo de la Unión Eléctrica. «Pero hasta la fecha, nada», concluía Carlos Jorge.
Al respecto, responden Zadiel Estrada Curbelo, director general de la Empresa Eléctrica de Camagüey, y Juan Carlos Lacaba Jofre, director del Centro Integral de Atención al Cliente de dicha entidad, que «todo se hizo bajo el estricto cumplimiento de los procedimientos establecidos por la Empresa Eléctrica de Camagüey y la Unión Nacional Eléctrica, sin violación alguna.
«Pero todo, añaden, lleva su tratamiento en los plazos establecidos y con pleno apego a la ley. Nada se violó. Al cliente ya se le acreditó en su tarjeta en MLC el monto establecido, algo reconocido por él en comunicación telefónica», concluyen.
Hace unos cuantos días, a consecuencia de intermitentes apagones, el servidor de internet de Juventud Rebelde se averió. Y se perdió un gran volumen de información, entre ella buena parte de las cartas dirigidas a Acuse de Recibo en varios meses, que permanecían en la bandeja de entrada.
Ya solucionado finalmente el problema del servidor, además de ofrecer nuestras disculpas a los remitentes de la correspondencia, les solicito que renvíen sus respectivas misivas a nuestro correo: lectores@juventudrebelde.cu, pues las necesitamos para recomenzar el servicio de atención a las quejas de los lectores. Gracias anticipadas.