Acuse de recibo
El pasado 25 de febrero, desde Bijarú, en Báguanos, Holguín, Michel Daniel Prieto Infantes narró su inconformidad con la respuesta dada por una trabajadora social de su comunidad, a quien presentó el caso de su mamá, para acceder a una cuidadora a domicilio.
Contaba que su mamá, ya jubilada, hace unos años comenzó a presentar problemas de los nervios, al punto de que su estado mental es preocupante, atendido por especialistas en la provincia. Y Michel, profesor de Informática, y con urgencia de seguir laborando, se asombró cuando la trabajadora social le dijo que no procedía la cuidadora para su mamá, pues por nuevas indicaciones de la provincia ese servicio solo se brinda a casos de padres cuyos hijos tengan trabajos de categoría relevante.
«Me sentí una persona totalmente excluida al tener un trabajo de maestro, decía. No entiendo cómo puede ser esto posible en nuestro querido país, ejemplo y orgullo ante todo el mundo, al tener en cuenta el trabajo de una persona y no la situación de quien lo necesita. Realmente me siento disgustado, desilusionado y preocupado. Porque a pesar de que trabajo relativamente cerca de mi casa no puedo estar saliendo de mi labor cada momento para ir a ver cómo se encuentra mi mamá, que está bajo tratamiento siquiátrico, que la mantiene un poquito sedada, pero no lo suficiente.
«Vivo solo con ella, pues soy hijo único, y realmente no puedo con todo esto. Espero sea valorado y analizado este caso y se me dé respuesta. Además, mi salario no me permite contratar una cuidadora por mi cuenta», concluía Michel Daniel.
Al respecto, responde Ideliza Almarales Hernández, directora municipal de Trabajo y Seguridad Social, que «en visita realizada por la trabajadora social de la circunscripción, Marisol Rosales Serrano, se verificó que ciertamente la compañera María Luisa Infantes, adulta mayor jubilada, padece de los nervios, posee movilidad y convive con su hijo, Michel Daniel Prieto.
«No consta atención anterior en la Dirección Municipal de Trabajo del recurrente por tema en cuestión. El caso fue analizado en el consejo de dirección con fecha 28 de febrero del presente año y mediante el acuerdo No. 30 de forma excepcional le fue aprobado el servicio de asistente social a domicilio para su mamá, por ser único conviviente del núcleo y no contar con hermanos y otros familiares obligados. Estando conforme el promovente con la respuesta ofrecida, queda el caso solucionado, Con Razón en Parte», concluye.
Al final, se agradece la solución y atención al caso. Pero sí requería investigación la respuesta de la trabajadora social que tanto desilusionó a Michel.
Faltó esclarecimiento, porque esa es una profesión que requiere tacto, sensibilidad y delicadeza.
Por otra parte, ¿es cierta la nueva indicación de las instancias provinciales? ¿Cuál es el criterio para calificar un trabajo de relevante y otro no? ¿Cómo puede excluirse la noble profesión de maestro en boca de una trabajadora social?
Las «innovaciones» que se están viendo en las colas para adquirir los alimentos no tienen parangón. Esta vez lo revela Herminia Casas Carbonell, residente en Rey Pelayo No. 22, entre Calvario y Carnicería, Santiago de Cuba.
Refiere que en una venta de productos del agro ubicada en Santa Rita esquina a Carnicería, en esa ciudad, han tomado la «iniciativa» de crear una cola para mujeres y otra para hombres.
«Además de injusto, es discriminatorio, señala. Porque una cola es una manera equitativa y justa de organizar una compra de algo requerido por muchas personas.
«Sí es humano dejar pasar delante a los impedidos, las embarazadas o mujeres con niños de brazos. Pero imagínese si hay que dejar pasar delante a los hombres que llegan frescos como una lechuga, cuando una mujer se ha pasado tiempo esperando por su turno. Lo correcto es que compre primero quien llega primero, sea hombre o mujer».