Acuse de recibo
El pasado 16 de septiembre, desde Alturas del Rosario, en el barrio habanero La Guinera, Jacinto Taboada Lorenzo contó que los días 18 y 19 de agosto, y para solucionar problemas del servicio hidráulico acumulados por años allí, Aguas de La Habana comenzó a instalar, con el apoyo de los vecinos, la acometida principal y las entradas a cada casa. El agua era una vieja deuda y un planteamiento de años en las asambleas de rendición de cuenta del delegado.
Como parte de las labores de mejoramiento en los barrios vulnerables de la capital, un grupo de trabajo de técnicos y especialistas había ido antes; y los vecinos plantearon inquietudes sobre el servicio de agua y hasta dónde se debían hacer las conexiones. Técnicos y especialistas se comprometieron con la inmediata solución, y los vecinos prometieron hacer guardias para cuidar las mangueras y el equipo que abre las zanjas.
«Ya estamos a 7 de septiembre, decía Jacinto, y todos esperando que nos pongan el agua… Para hacer esas obras se invirtieron equipos, combustible, materiales y fuerza de trabajo. Y el esfuerzo no está concluido. Tengo fotos de las mangueras, en el lugar donde las dejaron sin instalar, a expensas de cualquier cosa.
«Esta situación se la dimos a conocer a un tal Julio, al parecer directivo de Aguas de La Habana. El 2 de septiembre, me quejé ante Dionel, quien en el Partido atiende esa entidad. Y todavía no hay respuesta ni solución», concluía.
Así responde Halina Guerra Castro, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, que «durante unos días se paralizó la obra que se había iniciado para dar solución a la afectación en el suministro de agua que existía en el lugar».
Precisa que en visita a Jacinto por Julio César Leyva Román, jefe de Aguas de La Habana en Arroyo Naranjo, se le explicó que la conexión de este sistema al conducto de 36 pulgadas tuvieron que postergarla, pues no se contaba entonces con todos los recursos necesarios para su ejecución. Una vez obtenidos, se reprogramó el paro de la fuente de abasto Paso Seco para el 21 de septiembre, cuando se realizó la conexión. A raíz de los trabajos, surgieron fugas colaterales, las que fueron suprimidas adecuadamente.
Indica que con esos trabajos se beneficiaron 31 viviendas de esta comunidad, las que ya reciben el servicio de agua normalmente a través de las redes de acueducto. Ofrece disculpas a los vecinos por la demora, y asegura que continuarán brindando todo su esfuerzo para el beneficio de cada uno de los barrios vulnerables de nuestra ciudad.
Y como constancia, reproduce lo expresado finalmente por Jacinto en la hoja de la entrevista: «El trabajo se realizó con algunos inconvenientes, pero se resolvió el problema del agua. Hubo algunos salideros a la hora de poner el agua, que ya se solucionaron».
Agradezco la respuesta y la definitiva solución del caso, que deja una lección: la comunicación cotidiana es transparencia. Jacinto y los demás vecinos merecían desde un inicio la explicación que se brinda en la respuesta. Solo tenían incertidumbre.
¿A los problemas o a la Revolución?
Desde calle 21 no. 1214, en la localidad mayabequense de Bejucal, el doctor Antonio Melis Simeón escribe para reflexionar sobre el descenso del nivel de respuestas a las quejas publicadas aquí en el primer semestre de 2021, al punto de que solo el 48 por ciento de ellas tuvieron contestación.
Seguidor consuetudinario de esta columna, él considera que por lo que se publica en la sección se constata que, en buena medida, los problemas señalados no son de recursos, sino subjetivos; dependen de los seres humanos, de la disciplina que tenga cada quien, de hacer las cosas bien o no.
Melis lanza preguntas que hacen pensar:
«¿A quién le son ajenos el feroz bloqueo al que estamos sometidos, las agresiones, la guerra mediática, nuestros problemas económicos? ¿A quién le son ajenos los esfuerzos que hace el país para resistir y vencer esta crisis? ¿A quién le es ajena la frase de nuestro Presidente "A Cuba, ponle corazón", y arrancarle día a día un pedacito a los problemas?»
El doctor se cuestiona hasta cuándo el Estado cubano va a permitir la pasividad de esos cuadros que no le arrancan día a día un pedacito a los problemas, y así lo que logran es arrancarle día a día un pedacito a la Revolución.