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El daño de la morosidad

El pasado 24 de marzo y en nombre de los residentes de Gervasio 570, entre Reina y Salud, municipio capitalino de Centro Habana, Mercedes González Monteagudo contaba aquí que ese edificio estaba en reparación, con todos los recursos. Y no se podía terminar los baños ni instalar el agua porque la casa de un vecino estaba cerrada.

Indicaba que en varias oportunidades habían ido allí directivos del Gobierno y la Dirección de la Vivienda en Centro Habana, y de la Ecal 2, la empresa constructora. Se levantó un acta, que firmaron los vecinos, pero el ausente no se portaba por allí.

Y como su vivienda permanecía cerrada, ello impedía que se conectaran los baños a la tubería central de aguas albañales que pasa por el pasillo lateral. Cuatro apartamentos estaban sin baños, y obligados a recoger la orina y heces fecales en cubos para botarlos indignamente por la noche directo en las alcantarillas, a media cuadra de allí.

«Mi niña padece inmunodeficiencia primaria, refería Mercedes, y se atiende en el Instituto de Inmunología y Hematología. En estas condiciones estamos
todos expuestos a cualquier situación epidemiológica, por no poder mantener una higiene adecuada en el lugar. Necesitamos que nos ayuden con las autoridades competentes a resolver este asunto antes de que tengamos que lamentar males mayores».

Al respecto, el pasado 23 de noviembre, ¡casi nueve meses después de lo publicado aquí!, es que llegó a nuestra redacción una carta de respuesta de Nelson Tamayo Carrillo, director municipal de la Vivienda en Centro Habana, nada más y nada menos que fechada el 20 de abril del actual año. Doblemente morosa: por  el desmedido tiempo en enviarla, y por la fecha de confección de la misma.

Tamayo manifiesta que, cuando recibió la queja, esa entidad procedió a revisar la documentación de la obra y realizó la visita técnica, en la cual se indicaron acciones constructivas a desarrollar en breve tiempo.

Y al efectuar la segunda visita, se comprobó que en esa ciudadela se hizo el entronque sanitario, el cual facilitó que Mercedes tenga en la actualidad el baño dentro de su vivienda. No obstante,
aún no tenía la instalación de agua, porque no se había colocado el tanque en la azotea para su abasto, acción para la cual había que acceder por la casa del susodicho vecino, quien había sido citado varias veces y se encontraba ausente de su domicilio.

Para ello, refería, la Dirección Municipal de la Vivienda instó al Gobierno Municipal de la situación de la ciudadela entonces, para el análisis del caso en la Comisión de Enfrentamiento con el propósito de obligar al ciudadano a que permita que el constructor ejecute las acciones que quedan pendientes en la obra.

La doble morosidad de la respuesta refleja bastante  subestimación a la queja hecha pública para el país y hasta para el mundo, en este rotativo que tiene también una página web. Primero porque es inconcebible venir a responder sobre un caso inminente, casi nueve meses después, y hacerlo con una relatoría ya fiambre, que nos deja en la pura interrogante.

Al final, no sabemos si se implicó en el asunto, como es su deber regulatorio, el Gobierno Municipal, el cual tampoco ha respondido al respecto. Y
no podemos confirmar si la susodicha Comisión de Enfrentamiento al final enfrentó el problema, para alivio de los vecinos.

PETICIÓN POR LA EXCEPCIONALIDAD

Jorge Lázaro Menéndez Acosta (Avenida 71, no. 21629, entre 216 y 218, La Lisa, La Habana) cuenta que a principios de octubre pasado, producto de una avería del servicio eléctrico, su televisor se afectó y hubo que darle de baja.

La Empresa Eléctrica le dio un cheque por valor de 350.55 CUC, lo cobró a mediados de noviembre, y desde entonces ha averiguado con todas las cadenas de tiendas, gerencias, sucursales y casas matrices. Y le dicen que en estos momentos no se está ofertando los televisores, salvo en las tiendas en MLC.

Jorge Lázaro, quien es jubilado, vive solo y padece de una tromboflebitis en una pierna, pregunta por qué, si en estos momentos no hay oferta de televisores en las cadenas de tiendas en CUC, no se puede tener en cuenta casos como el suyo, que representan averías a causa del servicio eléctrico.

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