Acuse de recibo
Carlos Miguel Quintana Lago (calle E No. 52, entre 1ra. y 2da. reparto La Cuba, Palma Soriano, provincia de Santiago de Cuba) no entiende por qué, si presentó su solicitud de legalización de su moto con la documentación correspondiente el 30 de mayo de 2019, esa tramitación es tan lenta, que aún no ha recibido respuesta.
Refiere que la Dirección de Transporte en Santiago de Cuba le solicitó que para concluir el expediente de la moto debía presentar un certifico que atestiguara la importación de República Dominicana, sobre las partes y piezas que, compradas allá, le llegaron por Correos de Cuba.
Él tiene los reportes de aviso y los comprobantes de pago de los bultos postales en moneda nacional y en CUC, así como la factura a su nombre de esos bultos. Pero el funcionario le dijo que dichos documentos no tienen validez, «como si Correos de Cuba fuera una empresa fantasma del exterior que se desentiende del servicio de la Aduana», añade.
Precisa que posteriormente se dirigió a la Aduana de Santiago de Cuba, donde presentó la documentación y solicitó el mencionado certifico, el 24 de enero de 2020. Pero ese trámite no se pudo cumplir, porque el programa nacional de la Aduana no le permitió acceder al contenido de los bultos desde su computadora, teniendo todos los códigos de cada envío.
Luego le notificaron que su solicitud debía hacerla a la Aduana en La Habana, que se encargaría de realizar la búsqueda documental y enviar el certifico a Santiago en un término de diez a 30 días. Después de esperar el tiempo establecido, el funcionario de Santiago le comunicó que La Habana no había mandado nada todavía. Y le orientó que llamara directamente a la Oficina de Aduana Postal y Envío-Atención a la Población.
Quintana hizo el intento y luego de una larga espera logró comunicarse. Quien le atendió le informó que el documento estaba en proceso en el departamento de Aduana, luego pasaría para Asuntos Legales y ellos lo enviarían a Santiago de Cuba. Eso fue el 28 de febrero pasado. Siguió esperando y llamó a La Habana el 12 de marzo. En casi toda la mañana no le respondieron al teléfono. Al otro día llamó y tampoco.
«Y con la llegada de la COVID-19, afirma, supongo que ya apareció la justificación para la tardanza del documento y que todavía no haya llegado a Santiago. Más fácil nos comunicamos con la estación orbital internacional en el cosmos que a través de un correo electrónico Habana–Santiago.
«Hace nueve meses y nada del certifico. Estas son las cosas que nuestro Presidente, Miguel Díaz–Canel, ha planteado acerca de la demora en los trámites, que le hacen la vida más difícil al pueblo», concluye Quintana.
Algo similar cuenta Loda Rodríguez Carballosa, una señora de 83 años, enfermera jubilada, que vive en Calle A, No. 705, altos, entre 29 y Zapata, Plaza de la Revolucion, La Habana.
Refiere que su hija le envió el 28 de mayo pasado desde el exterior un paquete con productos de aseo y medicamentos, y le informaron que debía llegar en el plazo de un mes. Aquí lo recibió Cubapack. Y como ella ni su esposo podían ir hasta allí, y por teléfono esa misión es imposible, la cuñada de su hija, que vive en Playa y también recibiría un paquete, fue allí y le informaron que no podían entregarlos hasta que no fueran revisados por la Aduana.
«Desde entonces, dice, han pasado cuatro meses, sigue yendo regularmente. Y si no es por la Aduana es que no tienen transporte. Hace como dos meses nos llegaron algunos paqueticos, pero como son de tres libras aún faltan. Es inconcebible que con el problema de combustible y transporte que confrontamos, no traten de que lleguen de una sola vez, y, sin embargo, los repartan poco a poco», concluye.