Acuse de recibo
Al escribirnos, las habaneras Lourdes Calves Somoza (calle 128b No. 6109), Luz María Rodríguez Cabral (ave. 63 No. 12822) y Ada Angulo Rivero (ave 63 No. 12821, apto. 1), de Marianao, llevaban más de un año y cuatro meses aguardando por una solución de la Empresa Eléctrica a los daños en sus equipos electrodomésticos (teléfonos inalámbricos), a raíz de desperfectos ocurridos el 3 mayo de 2015, cuando un cable primario de la electricidad había caído sobre el tendido telefónico.
Luego de arduos trámites, se llegó hasta un intercambio con el director de la OBE de Marianao en la Asamblea de rendición de cuentas. A ese encuentro asistieron también otros directivos del territorio, señalaban las remitentes en carta publicada el 29 de octubre pasado.
A propósito responde Jesús Samón Leyva, director general de la Empresa Eléctrica de La Habana (EELH), quien cita en su carta los resultados de la investigación que le facilitara la directora comercial de la EELH. El daño a los equipos de las clientas —precisa— fue efectivamente causado por la caída de una línea primaria sobre un cable telefónico. Esto generó un alto voltaje que afectó los teléfonos.
«Al ser visitada la consumidora Luz María Rodríguez por la Brigada Técnica de la UEB de Servicios Comerciales para defectar el teléfono inalámbrico, no le procedió (la reclamación)(…) porque el transformador no está afectado, da voltaje a la salida, por lo que se considera que la reclamación no procede y así consta en el Procedimiento OH-PU 4605(…), específicamente su acápite 7.4.6.2, el cual plantea que no procederá como equipo a reponer aquel que la rotura que presenta (…) no se corresponda con afectaciones del sistema eléctrico», sostiene el funcionario.
En cuanto a la consumidora Ada Angulo, añade, tampoco procedió su reclamo, «porque el cable de salida del transformador se encontraba partido y separado del conector; además, el equipo fue manipulado y la consumidora incluso especificó que mandó a repararlo. De acuerdo con el Procedimiento OH-PU 4605 (…) en su acápite 7.4.6.1 (…) no procederán como equipos a reponer aquellos que fueron manipulados o reparados antes de la visita técnica».
Sí fue pertinente, en cambio, la reclamación de Lourdes Calves, la cual generó el expediente 1541-16-10. «Dicha reposición no se ha efectuado, por no tener en existencia en estos momentos en nuestros almacenes dicho equipo», acota el Director.
Y termina su misiva rogando que sean disculpadas las molestias ocasionadas por estos motivos y declarando con razón en parte el caso presentado.
Agradezco la precisa respuesta, que llegó a JR el 31 de enero pasado. No obstante, debo comentar que con la misma minuciosa eficiencia con que la Unión Eléctrica considera lo que procede y lo que no en cuanto a las reposiciones, debe hallar las vías para que estas se efectúen cuando sea de rigor. A casi dos años de los incidentes, aún a la consumidora con derecho a un nuevo inalámbrico no se le ha entregado. Las penurias materiales pueden entenderse, pero tal morosidad parece demasiado.
Más de 4 000 habitantes tenía el poblado camagüeyano de Piedrecitas, en los censos de los últimos años, según apunta en su carta Rigoberto Bermúdez (calle 14 No. 25). Y en un área con tal densidad poblacional, narra el remitente, desde el año 2000 la estación de correos se sustituyó por estanquillos, donde no se pueden efectuar trámites que anteriormente quedaban a la mano.
Pero no es ese ni siquiera el asunto que más ocupa al lector, sino que desde mayo de 2016 están recibiendo la prensa dos veces por semana, con el pago de mensajería. «Se paga con un mes de antelación, y cuando la entregan, nunca es en el día correspondiente. De Céspedes a Piedrecitas hay seis kilómetros; y Esmeralda, está a más de 20 kilómetros, sin embargo no llega la prensa dos veces por semana», se duele el lugareño.
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