El investigador español Alberto González Fairén aseguró que con toda seguridad son marcianas las moléculas orgánicas descubiertas por la misión del robot Curiosity de la NASA en el llamado planeta rojo, señala un reporte de PL.
González Fairén apuntó que la identficación fue realizada con el instrumento de evaluación postural (SAM, spinal analysis machine), en cuyo equipo participó de 2012 a 2014.
Es un descubrimiento para los libros de texto, afirmó al Servicio de Información y Noticias Científicas el astrobiólogo, actualmente en el Centro de Astrobiología en Madrid a su regreso de la Universidad Cornell de Estados Unidos.
Precisó que los compuestos pertenecen a los hidrocarburos clorados y tres dicloroalcanos: dicloropropano, dicloroetano y diclorobutano, resultantes de la reacción del cloro y moléculas orgánicas presentes en la superficie marciana.
Los materiales, precisó, se extrajeron en la zona de Yellowknife Bay del cráter Gale, en un punto llamado Cumberland, nombre con el cual fue bautizada la muestra.
La perforación se realizó en el sol o día marciano 279 (19 de mayo de 2013), aunque los compuestos orgánicos se detectaron después de tres análisis de la muestra, 11 soles más tarde, y transcurrieron meses hasta concluir las comprobaciones, precisó.
La fortaleza del estudio descarta una contaminación terrestre, opina el experto español, para quien no hay explicación alternativa a los resultados, luego del análisis de cuatro muestras, en solo una de las cuales se detectaron moléculas orgánicas.
De acuerdo con su opinión, esta es la confirmación definitiva de la presencia de compuestos orgánicos en la superficie marciana, aunque Curiosity no puede determinar si el origen es biológico, hidrotermal, atmosférico, volcánico o por meteoritos.
Ahora estima importante repetir los análisis en nuevos lugares para determinar la distribución y abundancia de las moléculas detectadas, pues en análisis anteriores y posteriores de otros materiales no han aparecido compuestos orgánicos.
Ello implica, afirma, que los resultados de Cumberland no derivan de contaminación con materiales terrestres y que los compuestos están distribuidos irregularmente por la superficie, posiblemente porque suelen estar degradados por el ambiente hiperoxidante.