Simulación de la nube de gas gigante siendo absorbida por Sagitario A*. Autor: Russia Today Publicado: 21/09/2017 | 05:44 pm
Algunos medios hablan de un espectacular despliegue de fuegos artificiales en el centro de la galaxia. Otros prefieren llamarlo «encuentro cósmico» o incluso «banquete espacial».
Y es que en pocos meses tendrá lugar un evento sin precedentes que ha captado la atención de aficionados y prestigiosos astrónomos de todo el mundo: un agujero negro supermasivo devorará una nube de gas caliente, «iluminándose» durante el impacto algunos de sus más oscuros misterios.
Según la agencia EFE, la nube de gas gigante bautizada como G2 tiene tres veces la masa de la Tierra. Fue avistada por primera vez en 2011 precipitándose hacia Sagitario A*, nombre que recibe el agujero negro que se encuentra en el centro de nuestra galaxia.
Expertos europeos vaticinaron que el proceso de colisión debía comenzar a finales de 2013, pero no fue así. Ahora un grupo de astrónomos estadounidenses de la Universidad de Michigan sugieren una nueva fecha aproximada: marzo o abril de 2014, según revelaron en la Reunión 223 de la Sociedad Astronómica de Estados Unidos.
No obstante, estos no han podido predecir qué pasará exactamente luego de la explosión.
Mentes optimistas
Los agujeros negros son tan densos que ni siquiera la luz puede escapar de ellos una vez que llega a un punto de no retorno. De ahí que solo puedan ser observados de forma indirecta, a partir de breves flashazos de radiación que emite la materia al caer dentro de ellos.
Los expertos estadounidenses explicaron que si una nube de gas de tal magnitud se acerca lo suficiente, se calentará y liberará inmensos destellos de rayos X, capaces de iluminar y hacer visibles las propiedades del agujero, uno de los mayores enigmas del universo.
Sagitario A* acecha a 26 000 años luz en el corazón de la Vía Láctea. Es muy tenue, alrededor de mil millones de veces menos visible que otros de su tipo «supermasivos». Y esto hace que sea todo un misterio, refiere BBC Mundo.
«De momento no es nada fácil verlo. Pero si la nube de gas lo alimenta súbitamente con mucha más masa, podríamos ver fuegos artificiales. Y con eso, podemos probar toda clase de teorías», explicó Leo Meyer, de la Universidad de California, en Los Ángeles.
Con vistas a comprender mejor los hábitos «alimentarios» de Sagitario A*, un equipo del observatorio espacial Swift ha realizado observaciones regulares desde el año 2006. Cada pocos días el telescopio apunta hacia el centro de la galaxia y toma una foto.
Hasta la fecha los investigadores han detectado seis grandes destellos, pero sumamente leves si se comparan con los chorros de luz que pueden brotar de la nube G2. Además, el espectáculo puede durar años.
«Todo el mundo quiere ver este evento porque es muy raro», dijo Natalie Degenaar, investigadora de Swift.
De hecho astrónomos de todo el mundo se han asegurado ya sus asientos en primera fila para no perderse ni un detalle. El equipo de Leo Meyer, por ejemplo, está siguiendo el rastro de la nube desde el Observatorio Keck, en Hawai.
Pueden verla «estirándose como un espagueti» mientras el agujero negro tira de su cabeza, que ahora se mueve mucho más rápido que su cola, afirmó Meyer.
Mientras los telescopios de Keck observan la nube, el observatorio espacial Swift prefiere enfocarse en el agujero. Y el telescopio de rayos X de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA) ya está listo para capturar las primeras luces del encuentro.
El público aficionado no se quedará fuera del espectáculo, sino que podrá observar el desarrollo del fenómeno a través de un sitio web público de seguimiento por Internet.
«Este puede ser el mayor banquete de nuestro agujero negro en cientos de años. Podría generar espectaculares fuegos artificiales, y queremos que todo el mundo pueda verlos», dijo Meyer.
Sin demasiado entusiasmo
Pese a las expectativas, lo cierto es que los astrónomos no están totalmente seguros del resultado de la colisión. Las magnitudes del evento dependerán nada menos que de la composición de la nube.
BBC Mundo explica que si G2 resulta ser toda gas, la región alrededor del agujero negro brillará en la banda de rayos X durante años, mientras este devore lentamente la nube. Pero existe también la posibilidad de que en el centro de la nube esté una estrella antigua. En ese caso el banquete puede resultar en anticlímax, y las vistas ser mucho menos espectaculares.
Al decir de Jon Miller, investigador de la Universidad de Michigan, el agujero podría dar un pequeño sorbo a la nube mientras la estrella se escurre hacia una distancia prudencial, con una densidad suficiente para escapar de su gravedad.
«Me encantaría que Sagitario A* se volviera de pronto diez mil veces más brillante. Sin embargo, es posible que no reaccione demasiado, como un caballo que no bebe cuando se acerca al agua», dijo Miller.
«¿Habrá fuegos artificiales o no?» cuestionó por su parte Meyer. «Debemos esperar y ver qué pasa. Pero incluso aunque desafíe todas las posibilidades, igual debemos observarlo, porque si vemos algo, podría ser espectacular», afirmó.
Hawking y su polémica teoría
Según explica la página web de la NASA www.spaceplace.nasa.gov, los agujeros negros en realidad no son agujeros ni están vacíos. Contienen mayor cantidad de materia en menor espacio que ningún otro objeto del universo, y son tan compactos que tienen una gran fuerza de gravedad.
«La gravedad de un agujero negro es tan fuerte que ni siquiera la luz puede escapar. Incluso si una estrella brillante está al lado del agujero negro, este no se verá. En vez de reflejar la luz como los demás objetos, estos se la tragan para siempre, al igual que sucede con toda materia que se acerque demasiado», precisó la publicación.
Al parecer existen al menos dos tipos. Uno se conoce como agujero negro de masa estelar, y se forma cuando una gran estrella consume todo su combustible y explota (este evento se conoce como supernova).
El otro tipo es el agujero negro supermasivo, que contiene una materia equivalente a entre un millón y cien millones de soles juntos. Los astrónomos creen que estos acechan en el centro de las galaxias, incluyendo nuestra Vía Láctea. Todavía se desconoce cómo se forman.
Para sorpresa de la comunidad científica internacional, no obstante, hace apenas unos días el destacado investigador británico Stephen Hawking puso en entredicho la teoría clásica sobre estos agujeros y afirmó que no existen, por lo menos no en la forma en que se conocen hasta ahora.
El estudio de Hawking fue publicado por www.arxiv.org, sitio donde los físicos presentan sus artículos antes de que se publiquen en revistas científicas especializadas. En su artículo cuestionó las teorías sobre la noción del llamado Horizonte de sucesos, que no es más que la superficie imaginaria o frontera invisible de la que nada puede escapar, ni siquiera la luz.
Para reformular su teoría, el científico entiende que se trata de un «Horizonte aparente», que mantiene temporalmente cautivas la materia y la energía, antes de liberarlas de nuevo, aunque de una forma caótica.
Como era de esperarse, con la osada afirmación de Hawking ha saltado a la palestra pública más de una crítica. Expertos destacan, ante todo, que tal conclusión fue publicada en un espacio en Internet en donde los investigadores pueden colgar sus estudios antes de que pasen por la revisión de especialistas y pueda ser publicado por una revista científica.
Otros, como el investigador John Polchinski, del Instituto Kavli, declaró a www.space.com que el autor «no precisa bien en este artículo la idea exacta de su conclusión y tampoco la justifica».