Eyeccion solar captada en imagen. Autor: AFP Publicado: 21/09/2017 | 05:16 pm
Justo detrás de una tormenta solar que dio muestras de sí durante el pasado fin de semana, al generar brillantes auroras en Canadá y Escandinavia, el sol liberó una explosión de radiación y plasma aún más potente durante la noche del domingo que podría interrumpir este martes las señales de GPS y la red eléctrica, especialmente en las latitudes altas, advirtieron expertos en clima espacial ayer por la mañana.
La tormenta podría interrumpir además las comunicaciones satelitales mientras los flujos de radiación solar rebotan a través del campo magnético de la Tierra.
«Con la tormenta en curso, los operadores de satélites podrían experimentar problemas y es probable que esto impacte también las radiocomunicaciones de alta frecuencia en las regiones polares», expuso Doug Biesecker, un físico del Centro de Predicción del Clima Espacial.
Tales apagones de radio pueden obligar a las aerolíneas a desviar sus vuelos entre América del Norte y Europa o Asia.
Añadió que esta tormenta solar es la más grande que ha golpeado el planeta desde el 2005.
La tormenta llegará a su apogeo este martes, cuando una nube de plasma cargada de partículas se colisione a alta velocidad contra la Tierra y distorsione el campo magnético del planeta.
«No va a ser una catástrofe, pero podría haber un notable flujo de corrientes geomagnéticas inducidas en la red eléctrica», afirmó Michael Hesse, del Laboratorio de Clima Espacial de la NASA.
Según los datos recogidos por el Centro de Clima Espacial Goddard, de la NASA, la eyección de masa coronal, provocada por la mancha solar 1402, se mueve al menos a 2.253 km por segundo en dirección a la Tierra. Su intensidad garantiza espectaculares auroras boreales, pero también existe el riesgo de que cause daños en satélites, comunicaciones de radio, comunicaciones de misiones científicas en el Ártico y refinerías de crudo.
La ruta de algunos vuelos ya ha tenido que ser modificada. La NASA ha informado además de que los astronautas en la Estación Espacial Internacional no corren ningún peligro.