La mancha solar masiva 1302 apunta hoy hacia la Tierra. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:13 pm
WASHINGTON, septiembre 29.— Expertos de la NASA y de la Agencia Espacial Europea (ESA) observan con atención la evolución de una gran mancha solar conocida como 1302, que durante este jueves pudiera afectar a la Tierra.
En la web especializada Space Weather, los especialistas señalan que se trata de una jornada «determinante», pues de producirse una llamarada de gran magnitud la magnetosfera del planeta sería duramente golpeada y los sistemas de comunicación y navegación por satélite estarían en peligro.
Pero si no ocurre este jueves, entonces existe poca probabilidad que el plasma choque con la superficie terrestre, señala el sitio digital. Solo hay que esperar.
El Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA, informó que el pasado 22 de septiembre y el sábado 24 fueron detectados dos impresionantes destellos ultravioletas en el astro rey, eyecciones de masa coronal de los más potentes niveles.
Estas erupciones se dirigen a la Tierra y ya fueron notables en el norte de Europa en forma de auroras boreales, indicaron los especialistas.
Por su parte, científicos del Laboratorio de Clima Espacial Goddard, también de la NASA, determinaron la presencia de una fuerte compresión en la magnetosfera terrestre, es decir, el plasma del viento solar ha penetrado cerca de la órbita geoestacionaria, donde se encuentran los satélites, señalaron.
Algunos consideran hasta la posibilidad de un gran apagón y que podrían ocurrir explosiones atómicas espontáneas, otros especulan si la reciente caída de un satélite que orbitaba la tierra fue por causa de tormentas solares, y si más dispositivos como éste correrán la misma suerte. De ahí que algunos países están ya en alerta.
En este año han sido detectadas otras erupciones solares de igual importancia, tal es el caso de la que tuvo lugar el pasado febrero, clasificada también como clase X, que produjo espectaculares auroras boreales y algunas afectaciones a sistemas de comunicaciones, aunque sus efectos se limitaron casi exclusivamente a latitudes muy al norte del planeta.