Momento en que se procedía a la extracción del resto del colmillo derecho inferior en la leona. Autor: Luis Raúl Vázquez Muñoz Publicado: 21/09/2017 | 05:01 pm
CIEGO DE ÁVILA.— Los rugidos se escucharon en la cuadra entera. «Imagínese dos gatas fajadas, pero de 300 libras cada una y con garras de cinco centímetros. Así fue de dura la pelea», dice Osmel Atencio López, cuidador en el Parque Zoológico Provincial de Ciego de Ávila.
Sissi y Sorpresa, las dos leonas de la instalación, se enfrentaron en una lucha ancestral e instintiva. De acuerdo con los especialistas y personal del centro es normal que las dos felinas combatan por lograr una jerarquía dentro del espacio que ellas ocupan.
Aunque esta última pelea fue diferente, fue más fuerte, duró más tiempo, no respetaron los gritos de advertencia de los cuidadores ni mucho menos el cuerpo de Simba —el león macho— que se interpuso en la riña y al final salió con un zarpazo.
Pero lo inédito estuvo también en otro parte. Sissi —la más longeva de las leonas— perdió el colmillo inferior derecho. En la encía quedó la raíz del incisivo junto con los síntomas de una infección, que empezó a crecer a los pocos días de la pelea. Había que extraer el resto del colmillo, ¿pero cómo?
La red
La inquietud se incrementó al percibir la inapetencia en la leona. Ana Isabel Larrondo Somonte, especialista en Educación Ambiental, explicó que esos síntomas se mostraban junto con un debilitamiento del animal, lo que podía traer su muerte en otra pelea pues la rival se mostraba permanentemente al acecho.
«Se hicieron los contactos con los directivos de Salud Pública para buscar su asesoramiento y la autorización para mover el instrumental necesario para una extracción —explica Ana Isabel—. Lo inédito es que, al menos en Ciego de Ávila, nunca se le había extraído un diente a un león».
Tampoco tenían cómo sedarlo a distancia, por lo que debían experimentar. Una inmensa red fue tendida en el suelo de la jaula y con sus extremos asegurados afuera: al menos dos arriba y el resto, abajo y en distintas direcciones. Después de varios intentos fallidos, el animal fue envuelto y neutralizado con 200 milígramos de ketalar, un anestésico general con la virtud de atenuar reacciones adversas.
Cuatro personas se acercaron. Una le tapó los ojos, pues el medicamento elimina los movimientos, pero no el sentido de la visión. Un segundo atravesó un madero en la mandíbula para evitar una mordida durante la operación. El doctor Randolph Delgado Fernández, médico veterinario del Zoológico, aseguró la lengua de la leona para evitar el ahogo por una broncoaspiración ante la proliferación de saliva. Entonces el doctor José de Jesús García Alonso, especialista maxilofacial, se acercó con el alicate.
La hembra Alfa
«Creo que son pocos los estomatólogos que han puesto su mano dentro de la boca de un león», bromeó el doctor García Alonso a la Televisión Avileña. Pero enseguida acotó: «El animal tenía una infección y por el lugar podía generalizar una septicemia con el peligro para su vida».
Para el doctor Randolph lo más importante es haber aliviado el dolor de la felina y evitar su deceso. Aunque también opina que esta no será la última pelea, por lo que han tomado las medidas para que Sissi se fortalezca hasta que vuelva a su medio dentro de la jaula.
«Los leones siempre luchan por establecer una jerarquía dentro del grupo donde están —explica el galeno—. En el caso de las hembras, ellas combaten por ocupar un rango y ser las primeras en una serie de actividades. La primera en comer, en beber agua, en aparearse. Es la llamada hembra Alfa y a quien también se le cede el paso dentro del territorio por la hembra Beta. Por lo tanto las peleas continuarán. En el caso nuestro la dominante hoy es Sorpresa. Es mucho más joven y tiene experiencia en combates por la comida porque viene del Zoológico de La Habana. Pero Sissi tampoco es para subestimar. En esta última pelea, Sorpresa salió con una mordida en el cuello. Ese dato habla por sí solo».