A finales de 1954, por las más diversas vías secretas y con el apoyo de miembros radicales del Partido Ortodoxo, en Ciego de Ávila se comenzó a distribuir La Historia me absolverá
La Trocha militar de Júcaro a Morón fue una de las pruebas de cómo España defendió los últimos vestigios de su imperio, a costa del último hombre y la última de sus pesetas