La tecla del duende
El heroísmo, la bondad, la poesía, no son solo conceptos abstractos. Pueden tornarse, ante nuestros ojos, carne palpitante y risa y sueño cuando los seres humanos se agrupan a ponerle alma a la vida. Certezas tales nos estremecieron el pasado sábado, cuando más de un centenar de tecleros de toda la Isla se reunieron en el patio del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (Icap) para festejar los 16 años de la columna y los 12 de sus peñas ocurrentes en diversas provincias.
La conmovedora evocación del héroe Orlando Cardoso Villavicencio y su Reto a la soledad; el lirismo exquisito de Argel Fernández Granado, poeta tunero; la trova contagiosa de Julito Cumberbatch, los aires vernáculos de «Cañón», la lectura seductora de Hilario Rosete; la fidelidad de Cecilia —indómita santiaguera—; los arrestos del batallón holguinero de Cary Martínez y su tertulia naciente en Freyre, comandada por Juan Carlos Vega; la pólvora de Nieves Molina y sus entusiastas; la sapiencia del doctor Luis Calzadilla, eminente siquiatra, quien tratara y escribiera sobre el no menos eminente Caballero de París; las voces siempre conquistadoras de Luis Alarcón y Teresita Rúa, el timbre magnético de Pedrito Herrera y Armando Moracén, la generosidad de Yunet, Wilmer y Daily; el organizativo empeño de Matilde, Fernando, Nancy, Julia, René (secretario de la diminuta Vera), la maravilla de los pequeñitos Leymi Mederos y Diago Arencibia, «consagrados» artistas de cinco años que pusieron de pie al auditorio con sus décimas; y la buena vibra que enviaron los que no pudieron llegar, entre ellos Katy, Julián, Arminda, Anays y Raiza, que celular y altavoz mediante nos abrazó desde tierra avileña… todo esto, digo, y lo que tal vez se le olvida a este escribidor, confirmó aquello que alguna vez un ingenioso aseverara: estas aventuras, impulsadas en Cuba por el genio de Guillermo Cabrera, no pueden llamarse de otra forma que Periodismo de familia.
Diago y Leymi pusieron en alto la labor de los talleres de repentismo y cuerdas de Madruga. Foto: Jorge Camarero Leyva
Pedrito Herrera conmovió con su versión de Cabalgando con Fidel. Foto: Jorge Camarero Leyva
Iván Luis Pérez (Cañón) rescató para la cita al gozador Negrito del Teatro Bufo cubano. Foto: Jorge Camarero Leyva