Acuse de recibo
El pasado 7 de julio, y desde Loma de Tierra, en el municipio habanero de Cotorro, Carlos Manuel Rivero Vergara contaba aquí que en ese territorio radica el Centro Nacional de Alevinaje, donde se fomenta la cría de peces para después llevarlos por todos los estanques y presas del país y potenciar esa línea de producción.
Y sugería que frente a ese centro hay un terreno baldío que se podría acondicionar para hacer lagunas y estanques separados, por especies, tanto para contribuir a la alimentación de la población como para crear fondos exportables, mediante una planta procesadora.
«Sería una fuente de empleo en la zona, decía, y una garantía de alimentos proteicos a gran escala para niños, ancianos y población en general, ahora que el Presidente cubano está insistiendo en priorizar la producción criolla y sustituir lo más posible las importaciones», concluía.
Y el pasado 29 de noviembre me escribió de nuevo Carlos Manuel, para contarme que después tuvo la oportunidad de recibir la llamada del director del Centro de Investigaciones y Desarrollo de la Crianza de Alevines, quien lo invitó a visitar la institución. Le manifestó su alegría por lo que se publicó, y su deseo de que se lleve a vías de hecho.
«Pero en realidad, afirma Carlos Manuel, lo que ha ocurrido hasta hoy es que he sido citado por nuestro Intendente varios jueves, a la 1:00 p.m. He esperado hasta las 4:00 p.m. y él no ha podido llegar. Otro día fue a las 10:00 a.m. y aun a las 12 meridiano tampoco había podido llegar.
«Ya nunca más se han repetido las citas; por lo que aproveché y llevé a la compañera del Citma en el Poder Popular, esperando ver si por lo menos lo que presenté sirve para compartirlo.
«Es una lástima lo ocurrido hasta el momento con lo que presenté, para ayudar como país. Parece que aquí esto no tiene cabida en este municipio. Ya lleva varios meses, y la necesidad del pueblo sigue igual. Cuando lo hablo con otros trabajadores, nadie entiende cómo no se lleva aún y se pone en práctica», concluye Carlos.
Cuando se está insistiendo en la iniciativa local y ciudadana, en el emprendimiento del territorio, es lamentable que la propuesta de Carlos para un proyecto de alimentación popular no tenga respuesta ni calorización gubernamental ni institucional. Ni siquiera ha recibido una respuesta definitiva. Así se cría el desaliento.
«No le niego que iba con el prejuicio de lo que normalmente es un proceso tortuoso en muchas empresas que hacen trámites de la población», confiesa Evelio González Benavides, desde Calle Maceo no. 16 A, Esperanza, en Villa Clara.
Era que a raíz del fallecimiento de su abuela fue a la empresa del gas en esa provincia para hacer el cambio de la titularidad como cliente de ese servicio. Llegó temprano a esas oficinas, marcó en la cola…
«Mi primer asombro, revela, fue que los empleados llegaron en tiempo y todos dieron los buenos días a los allí presentes. Abrieron a la hora exacta, respetando el horario. Una vez adentro, se respiraba el aire de organización y profesionalidad.
«Un compañero de la oficina se interesó por cada uno de los casos allí presentes. Y sin demora y distracción, en menos de 30 minutos, entre cola y atención, yo había realizado mi trámite.
«Los milagros existen. Y quiero felicitar a ese colectivo que, a pesar de lo duro que ha sido el 2020, me han hecho recuperar la esperanza de que la profesionalidad existe. Gracias, Empresa Cubana del Gas de Villa Clara, por su amable atención», concluye Evelio.