Acuse de recibo
El pasado 2 de marzo, y desde Sancti Spíritus, Orestes Pérez Jiménez relataba la agonía para jubilarse cuando inició los trámites en la filial municipal del Instituto Nacional de Seguridad Social: alertado de que debía madrugar para quedar entre los primeros seis o siete casos que atienden allí a diario, Orestes contaba que llegó a las 4:00 a.m. e hizo el número ocho. Y cuando indagó, le dijeron que se podía ir, pues apenas se atienden cinco expedientes.
Se fue y, al otro día, un amigo pudo cuidarle turno e inició el trámite. Al indagar por lo que se vive allí para algo que debía ser más cómodo, supo que el departamento que atiende esos casos tiene varias plazas vacantes; y no están ocupadas debido a los bajos salarios. En su carta, también aludió a las condiciones en que se labora allí.
Orestes argüía que, por el envejecimiento demográfico de Cuba y el consiguiente aumento de las jubilaciones, es vital mejorar las condiciones en las sedes del Inass, incluidos los salarios de quienes llevan los procesos, de manera que sean menos traumáticas las gestiones para quienes necesitan acudir a esos lugares.
Al respecto, responde Caridad Real Gutiérrez, jefa del Departamento de Trámite de Pensiones del Inass que, según lo investigado, en los meses de enero y febrero aumentaron los trámites de ese tipo con respecto al año precedente. En el caso de Orestes, solicitó el derecho a pensión el viernes 26 de enero, el lunes 28 ya había respuesta, y diez días después tenía en su poder la tarjeta magnética para su primer cobro, correspondiente a febrero de 2018.
Y acota que en los primeros meses del año hay un pico de solicitudes de pensión, dado que los trabajadores esperan la culminación del precedente para presentarlas. «Es por ello que las personas autorizadas por las administraciones de las entidades laborales, les piden a sus trabajadores que acudan en horas tempranas a la filial municipal para concluir temprano el trámite», señala.
Agradezco la respuesta, y que Orestes haya vencido el trámite con agilidad. Pero faltó esclarecimiento a ciertas inquietudes suyas: ¿Por qué plazas vacantes para atender esos procesos, con tantas jubilaciones? ¿Son los bajos salarios? ¿Es esa la situación general de las sedes municipales del Inass? ¿Cuáles son las condiciones de esas sedes? ¿Tiene el aspirante que vivir una agonía, para un proceso que debía ser más expedito?
No es la primera vez que irrumpen aquí dificultades con los títulos de graduados. He llegado a pensar que, absurdamente, es más difícil acceder al pergamino que vencer la carrera en ciertas instituciones docentes (¡…!).
A Joel Orozco Coto (reparto Plan Hortícola No. 43, Morón, Ciego de Ávila), cuando se graduó de técnico en Enfermería en 2011, le entregaron, al igual que a sus compañeros, certificados en vez de títulos, sin darles una explicación. Y a los siete años de laborar en el hospital municipal Roberto Rodríguez, ahora, por directiva central, les están solicitando el título que nunca se expidió.
Joel fue a reclamar a Ciencias Médicas de Morón, donde estudió, y allí el secretario ratificó que ese año no hubo títulos, sino certificados, sin saber por qué. Lo remitió a la provincia, y allí recibió similar respuesta. Así lleva varios meses. «Soy padre de familia, dice, y estoy sin empleo por un mal trabajo de no se sabe quién», concluye.
Berta Martínez Herrera (Avenida 37 No. 1806A, entre 18 y 20, Melena del Sur, Mayabeque) se graduó de Licenciatura en Laboratorio Clínico en 2009 y aún no tiene el título, pues cuando se lo entregaron estaba mal escrito. Ella ha ido en varias ocasiones a la Universidad de Ciencias Médicas de Mayabeque, en Güines, con su certificación de notas: Y ninguna respuesta concreta, solo «venga otro día».
Sergio Selín Valdés (avenida 61 No. 5815, Guanajay) hace más de dos años alcanzó la categoría de profesor auxiliar de la Universidad de Artemisa, y hasta hoy no ha recibido su título, el cual debe ser firmado por el ministro de Educación Superior. «¿Cuánto tiempo se requiere para firmar dicho documento?», manifiesta.