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Viaje al sinsabor

Una cosa son los reales problemas del transporte por falta de recursos, y otra la dejadez e irregularidades que agravan la aventura de trasladarse por Ómnibus Nacionales. Los primeros se comprenden, pero a las segundas hay que darles una batida definitiva, y no apenas «recapes» de soluciones.

Carlos Alberto Pupo (calle Waldemar Díaz 35, entre 54 y 26 de Julio, reparto La Loma, Las Tunas) afirma que en la terminal de Ómnibus Nacionales de esa ciudad, aunque hay un audio en perfectas condiciones, la información al pasajero es mínima. Solo se anuncian las salidas de los ómnibus. Y los que arriban o están de tránsito «brillan por su ausencia»; la situación se torna peor de noche o madrugada.

Si por alguna razón la salida se retrasa, no hay forma de saber la causa, ni el tiempo que puede demorar. Hay que averiguarlo personalmente con ellos, y en la mayoría de los casos no saben qué decir.

Para las reservaciones, aunque la automatización ofrece mejores opciones que debería agilizarlas, la falta de organización de la venta por las taquillas y el horario mal concebido hacen que el cliente sufra lo indecible para recibir el servicio:

«De mañana trabajan tres taquillas, donde se han distribuido los diferentes destinos. La cola fluye mejor. De tarde, deja de funcionar una de ellas, y todo se complica, al trasladarse los destinos de esa a las dos restantes. Además, el horario hasta las 6:00 p.m. dificulta la reservación a quienes trabajan. También ocurre que en las taquillas se venden reservaciones “resueltas” por fuera de la cola, provocando malestar.

«Durante los viajes, dice, los choferes hacen lo que les parece, sin respetar el servicio. Desde la terminal salen con personas de pie, que se van incrementando en el camino. No sé adónde va a parar el dinero que pagan esas personas, dudo mucho que se “ingrese” a la empresa como “sobrecumplimiento”».

No entiende Pupo que si vas a reintegrar un pasaje te descuenten el diez por ciento de su valor, y si es 24 horas antes o después de la fecha del viaje, el 25. Y que esa empresa no tenga regulada la indemnización a los clientes cuando el ómnibus sale retrasado, llega fuera de hora o no mantiene las condiciones adecuadas de confort.

Bultos al bulto

Eneida Burke Morejón (Calzada de Bejucal 2763, apto 3, entre Hatuey y Narciso López, reparto La Esperanza, Arroyo Naranjo, La Habana) no entiende lo que considera una arbitraria medida aplicada en la Terminal de Ómnibus Interprovincial del municipio santiaguero de Palma Soriano.

Plantea ella que allí no está permitido colocar en los equipajes de los pasajeros que monten a las guaguas, las etiquetas que señalizan al dueño de cada equipaje. Y como hay pasajeros que se apean en los tramos, precisa, ¿quién le garantiza al chofer, sobre todo en horario nocturno,  que él está entregando a su verdadero dueño el equipaje que le señalan, cuando por la cantidad de horas de viaje muchos van extenuados y confiados de que al llegar a La Habana recogerán sus pertenencias?

Ruega Eneida que se le aclare hasta qué punto Ómnibus Nacionales se responsabiliza con las pérdidas ocurridas y la reposición de las mismas.

Similar queja tiene de la Terminal de Ómnibus Interprovincial de Palma Soriano Luis Domíngez Rodríguez, quien reside en Justo Carvajal 22, entre Alfredo Leliebre y Miguel Calvo, en esa localidad santiaguera.

Cuenta Luis que el pasado 25 de julio viajó con sus dos hijos a La Habana. Y se asombró al constatar que ya no se presta allí el servicio de equipaje, pues los propios pasajeros tienen que colocar sus equipajes en los maleteros de los ómnibus, y sin tarjeta o ticket de identificación.

Refiere que para «arreglar» ese vacío, los choferes exigen entonces que los pasajeros depositen en sus equipajes sus respectivos carnés de identidad, para que una vez en su destino, puedan identificar aquellos.

«Imagínese usted —cuestiona— qué sucederá si uno de esos equipajes se extravía. ¿Cómo quedaría el pasajero, sin su pertenencia y además sin su carné de identidad para iniciar una reclamación? Y ello trae aparejada la violación de que el pasajero no lleve consigo dicho carné, que lo identifica ante cualquier situación que se presente en el trayecto.

«Debo recordar que los servicios de Ómnibus Nacionales son de un elevado precio; así que se debería brindar un servicio de excelencia que los avale. Espero que los directivos de dicha Empresa den respuesta acerca de algo que irrita a quienes desde este municipio utilizan sus servicios», concluye.

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