H. Y.: Estoy casada con un hombre que tiene 35 años. Nuestra relación es normal, nos llevamos bien y tenemos un hijo. No sé si a mí me gusta demasiado o a él le gusta poco. Hemos hablado al respecto y él me dice que eso es lo único que me importa. Sin embargo, en estos momentos, he perdido todo interés y llevamos ocho meses sin hacer el amor. Cuando lo hacemos, es frío y seco, como los animales, sin caricias, besos, excitación, sin nada. Yo siento que necesito ayuda para mejorar mi relación. A veces creo que soy quien no le gusto lo suficiente, porque él ha tenido bastantes mujeres, para no decir que es muy picaflor. Tengo 32 años.
Al parecer el deseo se ha esfumado y no se disfruta el acto sexual. El erotismo suele distinguir a las relaciones amorosas, pues la amistad y el compromiso también pertenecen a otros vínculos. Pero no son pocas las parejas que soslayan el placer sexual.
Los matrimonios se nutren de múltiples lazos, que a veces parecen invisibles, pero están en la base de las satisfacciones y los problemas que enfrentan. Por eso sería recomendable comprender qué te ata a este hombre, al punto de llegar a aceptar su frialdad erótica. Asimismo, vale intentar descubrir cómo contribuyes a tanto distanciamiento.
¿Cómo logras seguir a su lado si crees no gustarle lo suficiente, si no disfrutas la intimidad con él y ahora tampoco la deseas? ¿Qué pasaría si de repente él comienza a desearte?
Es posible hacer algo diferente, pero requiere cambios que empiezan por cuestionar esa resignación a la idea de no ser una mujer que le guste a su marido.
No dudes consultar un psicólogo personalmente, cada vez que te resulte necesario.