Eddy Martin cumpliría 80 años. Siempre manifestó el sano orgullo de haber nacido en junio 14, el mismo día que Maceo y el Che.
Leyendo el Diario de Hoy, de El Salvador, correspondiente al 1ro. de junio, encontré el artículo de opinión de la señora Hillary Rodham Clinton, que me hizo evocar la historia de Nuestra América.
Es sábado, hora de almuerzo, y nos decidimos por un sitio conocido: el restaurante capitalino Yang Tse. Agradable ambiente, cierto, y notable afabilidad la de sus dependientes. «Dos sopas chinas y dos filetes canciller, por favor». Un rato después, platos humeantes sobre la mesa. Todo en orden. Echamos mano a los cubiertos y...
Van a otras latitudes y regresan como si se hubiesen bañado con un perfume celestial, como si por aquellos predios hubieran conseguido alas para las suelas de los zapatos y una calculadora para el cerebro.
Muchas veces el lenguaje corporal emite mensajes más elocuentes que las palabras mismas. Pero lo que llegamos a descifrar mediante sus reconocidos códigos convencionales puede provocar diversas lecturas. Así ocurre, por ejemplo, cuando ante una pregunta formulada, nuestro interlocutor se limita a encogerse de hombros. Podemos entender que desconoce el asunto planteado o no le interesa en absoluto, o también que le resulte tan indiferente como la propia persona requerida de una respuesta.
Ya nadie habla de él. Nadie lo menciona. Los pocos héroes de su tipo que todavía dan tángana por ahí, como sobrevivientes y achacosos mutilados, sufren del olvido, cuando, para hacer justicia, merecen una condecoración al valor y a la constancia.
Al igual que cualquier equipo electrónico, que cuando no sirve se bota, los organismos internacionales, cuando no funcionan, deben desaparecer. Ese es el caso de la Organización de Estados Americanos (OEA). Desde su fundación, allá en 1948, esa organización regional apenas puede contar nada positivo que haya realizado en pos del bienestar de los pueblos que, supuestamente, representa. Es más, casi se puede afirmar lo contrario.
Dicho en buen cubano, en San Pedro Sula se viró el dominó.
«Da grima», dijo un lector al comentar la pérdida de tomate por falta de envases y de transporte. Luego me miró como buscando asentimiento y añadió: «Ya usted ve, la agricultura empieza a responder y otros quedan con los brazos cruzados». Este columnista, que creía haber hallado el tema de su obligación semanal, le pidió permiso para usar esas palabras, y dejó la opinión propia para este espacio.
El parlamento Europeo en una sesión de trabajo. Conclusió...