La entonces Isla de Pinos fue cuna fértil, desde el Presidio Modelo, de los sueños de libertad de aquellos jóvenes que prometieron no dejar morir al Apóstol. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:37 pm
NUEVA GERONA, Isla de la Juventud.— La historia y realidad de este Municipio Especial está estrechamente ligada a la hazaña del Moncada, tanto en participación como en laboratorio fecundo donde se pensó el futuro de Cuba.
En primer lugar destacó la participación activa del pinero Jesús Montané Oropesa, en la organización y ejecución del asalto, quien fusil en mano, junto a Fidel y demás asaltantes, intentó derrumbar los muros del cuartel que protegía la injusticia, la tortura y la muerte.
Más tarde, este territorio sirvió de cuna fértil en el Presidio Modelo a los sueños de libertad de aquellos jóvenes que prometieron no dejar morir al Apóstol en el año de su Centenario y fundaron la academia Abel Santamaría para curtir ideología y compromiso cuando lograran la independencia de su Patria.
Desde ese mismo escenario de la geografía pinera salió de manera clandestina el manuscrito La historia me absolverá, alegato de defensa y denuncia de los más horrendos crímenes de la dictadura contra el pueblo cubano, escrito por nuestro líder histórico Fidel Castro.
Fue aquí también donde las familias de los moncadistas, encabezadas por la de Juan Almeida Bosque y Montané Oropesa, organizaron el Frente proamnistía y, junto al pueblo de la entonces Isla de Pinos, lograron abrir las rejas del Presidio Modelo el 15 de mayo de 1955.
Desde la rada del río Las Casas, principal afluente de este territorio, zarparon los moncadistas en el buque El Pinero hacia La Habana, para luego partir a México y regresar el amanecer del 2 de diciembre de 1956 en el yate Granma con el propósito de reiniciar la batalla que llevó al triunfo revolucionario del 1ro. de enero de 1959.
Después del triunfo de la Revolución, esta ínsula también se convirtió en vivo exponente de los cambios económicos y sociales incluidos en el Programa del Moncada, que dio respuestas al problema de la tierra, de la industria, de la vivienda, el desempleo, la educación y la salud.
Hoy, a 60 años de aquella epopeya, los residentes en la Isla de la Juventud acuden prestos al llamado del Partido para transformar la realidad económica y social de una Isla vestida siempre de sudor y de verde olivo.