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¿Por qué el primero de mayo?

Desde los tiempos de la Revolución Industrial el movimiento obrero comenzó a luchar de manera muy activa por sus derechos y por mejores condiciones de trabajo, lo que desembocó en la instauración del Día Internacional de los Trabajadores

Autor:

Juan Morales Agüero

El primero de mayo es la fecha escogida por el proletariado mundial para celebrar el Día Internacional del Trabajo. Todos los años, durante ese jornada, desfilan millones de proletarios en el mundo entero, la mayoría en demanda de reivindicaciones que nada tienen que ver con la realidad cubana de hoy, donde los trabajadores son un pilar de la Revolución.

Desde los tiempos de la llamada Revolución Industrial, los obreros fueron sistemáticamente reemplazados por las máquinas. A partir de entonces, el movimiento obrero internacional comenzó a luchar de manera muy activa por sus derechos y por mejores condiciones de trabajo.

Las manifestaciones en Estados Unidos llegaron al límite cuando el primero de mayo de 1886, en la ciudad de Chicago, un grupo de dirigentes y trabajadores anarquistas protagonizaron una huelga masiva para reclamar que las jornada laboral fuera de ocho horas.

Hubo enfrentamientos con la policía y con un grupo privado de seguridad al servicio de los industriales y empresarios: la compañía Pirketon. La sangrienta represión causó varios muertos y medio centenar de heridos. Aquellas personas fueron juzgadas en un bochornoso proceso judicial. Los jueces fueron nombrados fraudulentamente y se condenó sin pruebas a los líderes. Años después, se los llamó «Los Mártires de Chicago».

El Primer Congreso de la Internacional Socialista, reunido en París, la capital de Francia, decidió declarar el primero de mayo de 1889 «Día mundial de la lucha obrera», en conmemoración de la masacre de Chicago. Un año después, obreros de todas partes del mundo manifestaron por primera vez el Día de los Trabajadores.

Algunos de los logros conseguidos por la clase trabajadora son pertenecer a un sindicato que los defienda de injusticias patronales, contar con servicio médico, así como con incapacidades por accidentes o enfermedades, obtener indemnizaciones, jubilaciones, días de descanso semanales, vacaciones, jornadas de ocho horas de trabajo.

Sin embargo, aún falta mucho por hacer en materia laboral en este mundo de hoy, donde la desigualdad es el pan de cada día. Solo en un sistema social como el cubano, donde el derecho al trabajo es una premisa fundamental, pueden los trabajadores sentirse a sus anchas.

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