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La versátil creatividad de Crever

Desde que se estableciera como la Empresa de Ingeniería y Diseño, en 2002, esta entidad ha ganado extraordinario prestigio entre su copiosa clientela, en especial por la originalidad, la innovación, la funcionabilidad y el respeto a las normas técnicas de los proyectos elaborados por sus especialistas

Autor:

Juan Morales Agüero

LAS TUNAS.— En el Ministerio de la Construcción aparece registrada con un apelativo genérico: Empresa de Ingeniería y Diseño. En cambio, la mayoría de sus clientes cubanos la conocen por Crever, un nombre más comercial y atractivo, formado por las primeras sílabas de las palabras creaciones versátiles.

Luego de peregrinar por varios departamentos del Ministerio al que se adscribe, Crever alcanzó categoría de empresa en el año 2002. Desde entonces, ha ganado extraordinario prestigio entre su copiosa clientela, en especial por la originalidad, la innovación, la funcionabilidad y el respeto a las normas técnicas de los proyectos elaborados por sus especialistas.

«La razón de la empresa es brindar servicios técnicos, dice el ingeniero Luis Esteban González, su director. Cuando se nos contrata el proyecto de una obra, asumimos todo su diseño: levantamiento topográfico, movimiento de tierra, cimentación, estructuras, paisajismo, instalaciones hidráulicas, sanitarias y eléctricas, diseño de interiores…».

Cita con la excelencia

La empresa, amén de garantizar la elaboración de los proyectos solicitados, controla que todos se ejecuten tal y como se concibieron.

Según Luis Esteban, Crever es muy competitiva y ofrece respuestas rápidas a las peticiones de proyectos. A sus servicios especializados recurren en calidad de clientes entidades diversas: ha trabajado en urbanizaciones en Santiago de Cuba y La Habana; en un molino de áridos en Contramaestre; en la ampliación de la Villa Don Lino y de viales turísticos, en Holguín; en el Hotel Playuela, de Ciego de Ávila; en el Conjunto Escultórico Caimito-Hanábana, en Matanzas; en más de 40 obras en varios municipios de Mayabeque... Desde hace un tiempo labora en Cayo Santa María y en un proyecto inmobiliario en la Zona de Desarrollo del Mariel.

«Ese bregar por buena parte de Cuba, siempre al tanto de cada detalle de la ejecución de los proyectos que nos encomiendan, favorece sobremanera el adiestramiento y la capacitación de nuestro personal técnico, afirma el directivo. Se trata de una prioridad de la empresa desde su fundación, a la que debemos muchos de los buenos resultados. Incluso, exportamos fuerza calificada, pues un importante grupo de nuestros especialistas ha prestado sus servicios en el exterior».

En Las Tunas a Crever le constan en su aval obras de trascendencia en los sectores de vivienda, salud y educación. A ellas se suman el centro logístico del parque eólico en construcción, el bulevar, la cremería Las Copas, la Casa Insólita o Antigravedad, única de su tipo en Cuba, entre muchas otras.

Un incentivo para el estudio

Como singularidad de Crever resalta la atención que brinda a los jóvenes, en particular a estudiantes de secundaria básica y preuniversitario, a partir de estrategias diseñadas para contribuir a su formación vocacional. En ese propósito se circunscriben las llamadas Puertas abiertas, concebidas para que los interesados visiten y recorran las instalaciones de la empresa, además de participar en actividades prácticas que les permitan comprender y asimilar cuál es su dinámica de trabajo.

La labor prosigue en la Universidad de Camagüey, donde los captados estudian las carreras de Arquitectura e Ingeniería Civil, y la empresa los acoge en sus prácticas de producción. Asimismo, durante la preparación de sus trabajos de diploma, les ofrece asesorías, tutorías y consultas.

«Cuando egresan, tomamos parte en las asambleas de otorgamiento de plazas, añade Luis Esteban. En esos espacios hacemos captaciones para nuestras vacantes, además de asimilar las que nos asignan de manera directa. Esos jóvenes tienen hoy un gran sentido de pertenencia por Crever. Tenemos plena confianza en ellos y constituyen un sólido puntal, pues con su trabajo ayudan a incrementar nuestro prestigio».

Uno de los muchachos que decidió apostar por su futuro en las instalaciones de Crever es el ingeniero Pablo Fernández González, director de Gestión Empresarial de la entidad. «Desde que me gradué hace ocho cursos en la Universidad de Camagüey, integro este colectivo, comenta. Aquí realicé mis prácticas laborales cuando era estudiante y se ha desarrollado mi trayectoria como proyectista».

«La clave de los éxitos de Crever está —acota su Director— en sus fortalezas: al personal calificado y a la utilización de las nuevas tecnologías, se agregan la atención al hombre y la estabilidad del colectivo. De aquí casi nadie se va, porque los trabajadores ven realizadas sus expectativas. En materia económica, nunca pagamos salarios sin respaldo productivo.

«Somos una de las empresas solventes en el Micons. Las utilidades las ponemos en función del beneficio colectivo. Una parte va a la capacitación, la in novación y el desarrollo, pues la entidad basa su trabajo en el uso de técnicas informáticas muy avanzadas. Otro segmento lo dedicamos a inversiones y a estimular la eficiencia económica».

Entre todos los proyectos terminados que nutren el catálogo de Crever, el ingeniero Luis Esteban no se decide por ninguno:

«En la empresa no sentimos orgullo por un proyecto determinado, si de criterios estéticos se trata. Para nosotros, los mejores han sido aquellos de valor utilitario que resolvieron un problema de la comunidad en un momento dado».

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