Acuse de recibo
«Tan corto el traslado y tan larga la espera»; así titulé el 23 de diciembre de 2011 la denuncia de la marianense María Antonia Ramos, quien el 13 de agosto de ese año permutó para la vivienda del frente de su casa, y aún no le habían trasladado su teléfono el 13 de diciembre, cuando me escribió; a pesar de que había radicado la queja en Atención a la Población de esa entidad en cuatro ocasiones.
Al respecto, responde Tania Velázquez Rodríguez, directora central de Comercial y Mercadotecnia de Etecsa, que «durante la investigación se pudo comprobar la veracidad de lo planteado por María Antonia Ramos, a quien no se le brindó una información veraz respecto a los tiempos de espera para satisfacer su solicitud.
«Según lo establecido en el contrato del servicio telefónico —señala—, constituye una obligación de Etecsa ejecutar los traslados que soliciten formalmente los clientes. También establece que ello será posible siempre que existan las facilidades técnicas requeridas, sin especificar tiempos de ejecución, debido a que el despliegue de la red telefónica es aún insuficiente para satisfacer las demandas de los usuarios en todo el territorio nacional de forma homogénea.
«Lo que sí es obligación de nuestros funcionarios es asegurar que las demandas de los usuarios se ejecuten en el menor tiempo posible, premisa que no se cumplió en este caso, donde se comprobó la presencia de otros elementos que demostraron falta de control, organización y exigencia.
«El día 16 de diciembre quedó instalado el teléfono en la nueva vivienda de la lectora. Representantes del Departamento Comercial de la Zona Oeste de la capital la visitaron y le ofrecieron disculpas por lo ocurrido.
«Debido a otras causas, y también por casos similares a este ocurridos en el municipio de Marianao, que han motivado otros escritos a su espacio, se aplicaron varias medidas disciplinarias antes de concluir el año 2011, las que incluyeron la democión de varios directivos y otros funcionarios de Etecsa de ese territorio», concluye.
El otro caso es el reflejado el 28 de diciembre de 2011: Roberto Ramos contaba aquí, desde Guane, Pinar del Río, que estando en misión profesional en el exterior, se le asignó un teléfono en su territorio. Durante tres años consecutivos, en sus vacaciones en Cuba, se dirigía a la Oficina Comercial de Etecsa en Guane. Y siempre le daban la misma respuesta: «No se preocupe, los técnicos irán a su casa».
En septiembre de 2011 concluyó la misión, y al mes fue a la Oficina. Le dijeron que debían ver si había pares libres, pero que en ese momento el liniero estaba de vacaciones.
Volvió, y esta vez, en presencia del liniero y del jefe de la Oficina, quedaron en que revisarían el problema de los pares y la disponibilidad.
Días después, el liniero le aseguró que había disponibilidad. Más tarde, el jefe de la Oficina Comercial le dijo que había pares, pero estaban defectuosos; que le diera unos días y volviera.
El 12 de diciembre, cuando decidió escribir a esta sección, ya había visitado la Oficina, y la respuesta del jefe fue: «No tengo reparadores, y los pares están dañados. Tienes que seguir viniendo por aquí».
Al respecto, responde Tania Velázquez que durante la investigación se comprobó la veracidad del reclamo. «Violando lo establecido, el entonces jefe de la Oficina Comercial de Guane procedió a la firma de un contrato sin tener confirmadas las facilidades técnicas para la instalación del servicio telefónico a Roberto.
«Ante la situación creada, se buscaron alternativas para poder dar respuesta al caso, pero sin resultados, ya que la situación de saturación de la red en esa zona no permite por el momento ninguna solución. Lógicamente, provocó malestar en Roberto, pues se había convertido en cliente sin poder disfrutar del servicio.
«La instalación estará pendiente hasta que se terminen los proyectos de ampliación de la planta exterior, que ya se encuentra en ejecución en el territorio, y que debe culminar en el último cuatrimestre del 2012. Solo nos resta ofrecerle disculpas por el tiempo que aún debe esperar, y por las falsas expectativas que le fueron creadas indebidamente».